dimecres, 26 de novembre del 2014

Episodio Piloto #4



Sacársela

Espero que algún día alguien llegue a Telecinco y se la saque. Que se la saque, que la ponga encima de la mesa y que diga: “Mirad, es toda vuestra”. Puedo imaginarme la cara de deseo de Ana Rosa Quintana y Màxim Huerta, recordando tiempos pasados que no necesariamente fueron mejores, aunque ellos estén convencidos de que sí. Que, a continuación, se la enfunde y vaya en busca de Emma García y su ejército de hormonados, teñidas, depilados y viceversa y la deje reposar sobre la mesa camilla. A más de uno se le caerán las extensiones o le crecerán las cejas ante la visión de algo que no sabía ni que existía.

Que luego la pasee por ese programa de falsas disputas judiciales, donde periodistas que de noche opinan en las tontertulias políticas a mediodía hacen de abogados del diablo de causas ridículas. Me imagino a nuestro héroe, con eso en la mano, al grito de “Tomad y comed todos de ella” y a Sandra Barneda tartamudeando y echándole la culpa de todo al lobby gay. Después de un respiro, veo a ese alguien colándose en el plató de Sálvame, vertedero incontrolado de la televisión, sacándosela de nuevo y haciendo llorar a más de uno. Menos a Jorge Javier Vázquez, porque a él seguro que le hace gracia ver a Belén Esteban intentar deletrear sin éxito lo que le han puesto delante de la cara.

Nuestro héroe no es condescendiente y por eso, de noche, no siente lástima por Mercedes Milá, que este año se ha tirado al monte con su “experimento zoológico”. Se la saca, se la hace ver de cerca y Milá dibuja una sonrisa boba y cree reconocer lo que le plantan en la cara, pero es que de eso hace ya mucho tiempo.

Muy cansado, nuestro ciudadano anónimo se guarda su dignidad y se pregunta por qué tuvo que sacarla a pasear por Telecinco.




dilluns, 24 de novembre del 2014

Outdoor




Divendres vaig tindre una cita amb un dels xics més guapos que he conegut mai.

Òbric parèntesi. Crec que he dit tantes voltes això que ja no gose de cap credibilitat. Tanque parèntesi.

Vols que ens fem una cervesa? —em va proposar.
I tant vaig contestar.

El dia anterior havia tingut guàrdia i no arribava massa carregat d'energies, però el meu partenaire tampoc no demostrava massa entusiasme: quan ens va atendre la cambrera jo vaig demanar una cervesa, però ell despatxà:

Tinc l'estómac no sé com... crec que no em demanaré res.

Malament.

A banda, demà he de matinar i...

Molt malament.

Vam iniciar una conversa lleugera i, com resultava tan poc interessant, em vaig dedicar a estudiar allò que diuen comunicació no verbal o llenguatge corporal. Com no tinc ni puta idea, però, de què significa ni de com s'ha d'interpretar, vaig inventar-me les regles segons avançava la vetllada: el xic es feia avant quan li parlava, i això devia significar que estava interessat (o sord); el xic obria les cames de tant en tant i això significava, indefectiblement, que volia follar... En resum: les paraules i l'actitud poc animosa del xic indicaven una cosa, però els seus moviments corporals (almenys segons les regles que acabava d'inventar-me) indicaven tot just la contrària.

Quan encara no havia fotut l'últim glop a la cervesa amollà “Marxem?” i em vaig resignar: no només no tenia ni idea de comunicació no verbal, sinó que eixa nit no tocava pèl.

De sobte, però, la situació va fer un gir imprevist:

On tens el cotxe? preguntà.
Cap allà i vaig assenyalar l'esquerra.
Ah, jo el tinc allà i assenyalà, és clar, la dreta.
En eixe cas, ha estat un plaer.
Espera, que t'acompanye al cotxe.

Vaig alçar un cella, i la vaig mantindre alçada fins que vam arribar al meu cotxe.

M'agrada molt este cotxe... Em pegues una volteta?

I vaig alçar l'altra cella.

En què estàs pensant? —vaig demanar.
No ho sé... podem anar a una zona més tranquil·la... i fosca.

Vaig mirar de dalt a baix el metre noranta de carn del xic i després vaig fer una ullada al meu Fiat 500.

Creus que ací dins estarem còmodes?
Segur que sí... i si no, eixirem a passejar.

Vaig tardar una miqueta a entendre-ho, però imagine que resulta complicat identificar un amant del sexe a l'aire lliure només pel llenguatge no verbal. Almenys fins que eres conscient que estàs follant en un camp de cebes de l'Horta de València i, malgrat la foscor i el fang, ho veus tot molt més clar.


dimecres, 19 de novembre del 2014

Episodio Piloto #3





Rigor mortis

A veces tengo la sensación de vivir con Francisco Marhuenda. El omnipresente director de La Razón se ha convertido en el icono de las tertulias (o tontertulias) políticas, aquéllas que emponzoñaban el TDT en los años finales del zapaterismo y que hoy se integran sin remedio en la parrilla de todas las cadenas.

Esas locas mesas de debate de la caverna digital, en las que se bebía vino, se anunciaban detectores de radares y se llamaba “guarra, puerca y zorra repugnante” a una consellera catalana por haber editado una guía de educación sexual para adolescentes, han dado paso a un producto de apariencia más refinada y mejor iluminación pero con idéntico fondo: la intrascendencia a la hora de abordar la actualidad política.

En Antena 3, Telecinco o Cuatro utilizan más vatios en los platós y un maquillaje menos tosco que en la caverna, pero el resultado es el mismo: basta un vistazo a los tontertulianos para saber que es imposible tomarse en serio programas como, por ejemplo, La sexta noche: ¿qué rigor puede esperarse de un debate en el que el presentador, micrófono en mano, se acerca a una somnolienta y aburrida señora del público a la una de la madrugada para preguntarle si le gustaría ser aforada “como el rey de España”? Pues el mismo que de cualquier debate en el que participen Alfonso Rojo, Eduardo Inda o Pilar Rahola: el rigor mortis.

¿O qué queda después de ver a Pablo Iglesias y a Esperanza Aguirre acusarse de colaborar, respectivamente, con ETA y con el régimen comunista chino, aunque ninguna de las dos cosas sea verdad y todo se reduzca a grandes dosis de churrimerinismo? La nada más absoluta: un par de trending topics y alguna legaña el domingo por la mañana.

dimarts, 18 de novembre del 2014

Episodio Piloto #2



 
Errores de bulto

Este verano he leído más artículos sobre el paquete que luce Justin Theroux en la serie The Leftovers que sobre la reforma electoral que pretende perpetrar el PP a menos de nueve meses de las elecciones locales y autonómicas.

Abro paréntesis. Reconozco que tengo un problema a la hora de priorizar mis lecturas, pero es que no se puede comparar el efecto hipnótico y el interés que despierta la anatomía desbordante de Theroux con el de un pucherazo electoral de manual. Y más teniendo el cuenta el calor que ha hecho este verano. Cierro paréntesis.

El tamaño de la entrepierna alegre y libérrima del protagonista de esta producción de HBO ha sido, sin duda, la mejor promoción para una serie que acaba de poner punto final a su primera temporada y que, inexplicablemente, ya ha confirmado el rodaje de una segunda. A ello contribuyó, con toda seguridad, que Liv Tyler, compañera de reparto de Theroux, afirmara en una entrevista en televisión que llegó a “distraerse” durante el visionado del episodio piloto por aquéllo que su compañero lucía sin ningún tapujo.

Las escenas de Theroux saliendo a correr en chándal y sin calzoncillos no sólo han generado decenas de artículos en la prensa más intrascendente, que a fin de cuentas es la que más se lee, sino miles de tuits, comentarios en blogs y maravillosos gifs animados en Tumblr (esa red social de porno para hipsters), hasta llegar a un punto en el que resulta imposible encontrar una crítica de la serie que no incluya, aunque sea de rebote, una referencia al premeditado y obvio bamboleo de Theroux.

Lo bueno de todo esto es que mientras nos entretenemos con estas cosas no hablamos de una serie que, a pesar de tener un punto de partida interesante (¿qué pasaría si desapareciera de golpe el 2% de la población mundial?) y de grandes momentos muy excepcionales, está muy mal resuelta y que necesitaría prescindir de horas y horas de rodaje y de la mitad de las subtramas para enderezar un tortuoso rumbo.

La última palabra, como siempre, la tiene cada espectador, que sólo tiene que decidir si en The Leftovers el bulto compensa tanto error.



Publicada en Levante-EMV, el 10/IX/2014

dilluns, 17 de novembre del 2014

Episodio Piloto #1



La tele no es para el verano

Durante el verano, con las cadenas generalistas llenas de presentadores segundones y reposiciones constantes, he aprovechado para tragarme la programación de esos canales que nunca veo durante el resto del año. Este agosto me he entregado casi sin resistencia a esas cadenas que, en principio, van dirigidas a un público femenino pero que en realidad tienen un target al que, simplemente, no le gusta pensar. Y ello independientemente de su sexo.

Es innegable el magnetismo de un programa en el que su protagonista necesita ir a la tele para elegir un vestido de novia, cambiar de peinado, reformar una cocina o un sótano o comprar una casa porque, en la vida real, cuando alguien quiere cambiar el color de su salón, por ejemplo, sencillamente se limita a molestar a sus amigos enviando fotos de muestras de pintura por whatsapp para que le ayuden a decidir. Sin embargo, en Divinity hay un programa que soluciona eso.

De todos estos programas de falso coaching el que más miedo me da es Extreme Makeover, que fracasó en España con el nombre de Cambio radical, y en el cual cogen a una persona, generalmente del Medio Oeste americano y que necesita perder unos kilos, y le hacen una liposucción. Y, ya puestos, le pegan las orejas de soplillo, le quitan la mitad de la nariz, le levantan las cejas, le aumentan el pecho y le llenan la boca de carillas de porcelana, de forma que, al final de todo este proceso, a nuestro obeso de Kansas no lo reconoce ni, de verdad, la madre que lo parió.

Y decía que da miedo porque, después de una tarde entera tragándome Extreme Makeover, uno no puede evitar mirarse al espejo y ver todo lo que le sobra (y todo lo que le falta) y barajar la posibilidad de pedir cita para levantarse las cejas o para corregir ese colmillo que no está tan alineado como debería.

Por suerte, ya ha llegado septiembre y pronto nos pondremos más ropa para taparnos las taras y dejaremos a un lado todos esos programas porque para ver chorradas intrascendentes y que nos torturen sólo tendremos que poner Telecinco. 


Columna publicada en Levante-EMV el 3/IX/2014 

dijous, 13 de novembre del 2014

Tres i no res (i IV)




No sé si yo podría...
La verdad es que un trío impone un poco.

(...)

El xiquet, que tenia al policia agenollat fent-li un treball de categoria, se'm gira i em diu que m'aprope. Comencem a besar-nos mentre el poli em despassa el cinturó i m'abaixa els pantalons. Em féu la impressió que el paio arribà a tindre les dos polles en la boca alhora.
Hòstia puta.
És el que es coneix com mandíbula oscil·lobatent.

(...)

No sé qué pueden hacer tres tíos en la cama, la verdad.
Pues la situación se presta a muchas combinaciones.

(...)

Ens vam deixar caure al llit i allò va guanyar consistència. Estava tot tan barrejat que en algun moment vaig perdre el compte de quants n'érem. Crec que fins i tot vaig arribar a llepar el peu d'algú...
Estàs de conya?
Allò era un descontrol, tete.

(...)

Ya, pero... Por ejemplo, ¿quién hace de qué?
En estos casos, como en la vida en general, hay que saber ceder y ser generoso.

(...)

L'habitació estava en flames i en un moment donat dic “Voy a sacar condones” i el jovenet va i pregunta “¿Quién va a hacer de pasivo?”
Pobre ignorant... Com li vas dir que anava a ser ell?
Ho féu el policia de la forma més romàntica que he sentit mai: “Podrías ponerte tú, que ya que tienes el culito abierto”.
Marededéu...
És que era de veres. El policia se'l va treballar molt bé.

(...)

No sé... yo creo que me cortaría mucho.
Sí, a veces es inevitable sentirse un poco cohibido.

(...)

El policia estava estés al llit, amb el xiquet damunt d'ell a quatre potes. Me'l vaig començar a follar jo. Es va incorporar i el policia començà a menjar-li-la. El jovenet bramava com un animal i em tocà parar i preguntar si li feia mal.
I què et va dir?
“No pares, cabrón”.

(...)

Es que es una cosa muy íntima como para... no sé, ya sabes lo que quiero decir.
—Claro que sí.

(...)

Em vaig escórrer i em vaig apartar. Volia deixar-me caure a una cadira que tinc en l'habitació per a mirar com acabaven.
Rotllo voyeur?
Si algú està follant al meu llit el mínim que puc fer és mirar, no?
Des d'eixe punt de vista tens tota la raó del món.
Gràcies. Però bé, resulta que el jovenet va allargar el braç i em va dir “Ven” i em vaig tornar a apuntar.
Si tú me dises ven...
Calla.

(...)

Para no repetir, ¿verdad?
Para nada...


dimecres, 12 de novembre del 2014

Tres i no res (III)



¿Y cómo era?
Era alto, guapo y fuerte. Tenía un cuerpo de carne tan prieta y torneada que ya se le insinuaba todo debajo de la ropa.
—¿Cómo?
Llevaba unos vaqueros tan ajustados que juraría que se le marcaban hasta los...
Te pasas, tío.

(...)

Imagina't el panorama: els tres drets al mig del saló sense dir dir ni pruna, mirant-nos les cares i jo, entre les mamades del policia i el paquet que marcava el nouvingut, més calent que una moto.
I què vas fer? No estaves nerviós?
No, nerviós no; estava calent.
Això ja m'ha quedat clar.

(...)

Allí alguien tenía que tomar la iniciativa, así que dije: “Ah, claro, que el anfitrión soy yo... La cama es al fondo a la izquierda” y nos fuimos en tirereta para allá.
¿Estás de coña?
Te juro que fue así.
¿Ni os presentasteis?
Ni nos presentamos.

(...)

Al dormitori tot va passar molt ràpidament i tinc algunes llacunes. Recorde que mentre em girava per a penjar la jaqueta a la perxa, el policia ja havia despullat el xic de vint-i-quatre i s'agenollava davant d'ell.
Havies begut?
No. Bé, només una cervesa.

(...)

¿Entonces estaba bueno el jovencito?
Mucho. Cuando el policía le quitó la ropa aquello era mucho mejor de lo que imaginaba.
Vaya...
Es que los veinteañeros de ahora están todos buenos y ten en cuenta que yo ya soy una persona mayor y que estas cosas me impresionan.
Pero si estás estupendo.
Ya lo sé, y por eso les dije que tenía 28 años.



dimarts, 11 de novembre del 2014

Tres i no res (II)




El policia nacional arribà i va decidir que esperàrem a l'altre.
Si havíeu quedat els tres...
Si a mi em semblava bé, però és que només dir-me que havíem d'esperar em va fotre mà al paquet, s'agenollà i començà a menjar-me-la al mig del menjador, contra la taula.

(...)

Yo he cenado en esa mesa, joder.
Te quedas en los detalles, tía.
Lo que es el argumento no es muy complicado de seguir...
Pues no te cuento nada más.
Sí, espera, que quiero conocer al chico de 24 años. Seguro que es monísimo.
Ya te digo...

(...)

Total, que el policia i jo comencem a grapejar-nos i a palpar-nos com si no estiguérem bé.
No em faces dir-ho...
Fins que vaig decidir que calia aportar un poc de trellat i li dic “hem d'estar-nos quiets, que l'altre ve de camí”.
Però tanta estona vau haver d'esperar?
Prou. Uns cinc minuts...
Hòstia puta.

(...)

Era todo bastaste extraño porque yo con este tío he quedado de uvas a peras y, por no saber, no sé ni su nombre, así que imagínate los temas de conversación: que si el tiempo, que si qué bonita es la casa, que si tiene que estar en casa antes de las cinco porque si no su novia le pilla...
¿Cómo no vas a saber cómo se llama?
Pensé en preguntárselo, pero en ese momento llamó al timbre el veinteañero.
¿Y era guapo?
Mucho.
—Mira que lo sabía.


dilluns, 10 de novembre del 2014

Tres i no res (I)





¿Me estás preguntando si me acuerdo de un polvo tuyo?
Sí, tía, uno que era hetero y que vivía con la novia.
Joder, Martí, me acaba de explotar la puta cabeza.

(...)

Clar que me'n recorde. Has tornat a quedar amb ell?
Millor, tete. Hem fet un trio.
No!
Sí!

(...)

Llevaba dos semanas de mierda, con mucho trabajo, estresado y tenía pendiente desde el miércoles un polvo con el policía nacional hetero, pero él no pudo un día, yo no pude el otro y, total, que dijimos que del viernes no pasaba y, la verdad, es que yo ya me subía por las paredes... Si llego a tener cortinas las araño como un gato.
¿Pero no follaste el otro día con un patinador?
Eso no cuenta.
¿Y antes de eso no follaste con uno que iba a bailes de salón con su madre?
Noviembre está siendo un mes muy duro.

(...)

Total, que el policia nacional ho organitza i intercanviem telèfons i parle amb el tercer en discòrdia.
I què tal?
Molt bé, tete. Era un xic molt apanyat de 24 anys.
24 anys?
Sí, tenim pràcticament la mateixa edat.
Mare meua.

(...)

Total, que me coordino con uno y con otro y quedamos en mi casa después de comer.
¿Por qué no creaste un grupo de whatsapp?
¿Estás loca o qué?
Era broma. Pero, bueno, ¿cómo fue la cosa?
Pues, mira, primero llegó el policía nacional...


LinkWithin

Related Posts with Thumbnails