dimarts, 10 d’abril del 2012

Quiero bailar


Durant l'última guàrdia vaig assistir un xic que havia estat detingut per haver furtat en companyia d'un amic huit videojocs d'una tenda d'informàtica.

¿Se puede saber en qué estabas pensando? ¿Es que no te los puedes bajar de Internet como todo el mundo? —vaig provar a moralitzar.
Si a mí ni siquiera me gusta jugar... lo hice porque quiero ser bailarín, pero mi madre dice que no me paga más clases de danza.

Un setmana després, ja davant del jutge i del fiscal, vaig encetar el regateig de la pena:

Por casualidad, ¿qué juegos eran? em preguntà el jutge.
Ni idea, Señoría, porque yo de esto... pero el nombre viene en el atestado... a ver: tenemos un Batman-Arkham City, un Fifa Street, otro de Uncharted 3 La traición de Drake, dos de Mass Effect 3...
¿Dos? ¿Por qué dos?

I ací és quan vaig decidir que hauria d'apel·lar a la consciència artística del jutge:

Verá, es que según me ha explicado mi cliente, el chico hurtó los videojuegos porque quiere bailar, pero su madre se niega a pagarle las clases de la academia de danza. Pretendía venderlos para poder sufragar su educación...

El jutge va alçar una cella:

Cuánto daño ha hecho Operación Triunfo...

Conclusió: quatre mesos de presó per un delicte de furt.

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